sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

El día que viviste

“La escritura ha sido mi forma de mantener tibios los cuerpos de los que ya…

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Entre el deseo y el amor

En mis últimas experiencias cinematográficas he notado una aparente necesidad de contar una historia en…

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