11 de junio de 2023. Madrugada. El depto.
Hagamos un fuego citadino, con música y colores
Del despertar al soñar,
¿qué saben ellos?
Quisiera una canción de pertenencia
Voces que tocan la noche
Un cóctel suave de casualidades y armonía
Una escritura que sostenga la calma, dulce vibración
Huellas de luz nos encuentran, visitan la fuerza que ya existe en nosotros
Ese mismo día. Coffee Store, Av. Córdoba.
Con el comienzo del otoño ahí estaba: la memoria incendiada de nosotros.
Hay azul en la tinta y en la palabra que nos nombra. Me pregunto cómo es posible; qué llaves descifran el mensaje.
[Furia y fuerza]Confundo uno con otro, otros con otros. Entonces todos los cuerpos, todas las manos, todas las voces. Ese es el mapa: invenciones del invierno.
[Furia, fuerza, fuego]
Si la lluvia hablara. La lluvia habla, es el origen. Podría componer un mar: hitos de agua. Replegada en la quietud sobre una ciudad sin pausa, escribo algo, un regreso pero no una estadía; nuevas orillas. Un ir y venir pronunciado solo por la música.
Nada es irreversible si existe la escritura para mirarme. No hay inutilidad en este intento de cura. No es una invocación, es una oración profunda que se abre.
[Furia, fuerza, fuego, fulgor]
Hubo, hay una extraña belleza en la ausencia, así como hay una extraña belleza en el retorno. Escribir es la indagación de un mundo; es un volver a casa, pero también es la casa y todo lo que la rodea (incluido el silencio).
Ese mismo día, por la noche. El depto.
Quisiera pedirte algo. Es un llamado al placer: tu miel extraña en mi cuerpo creando su propia hidrología. En la boca, en los muslos, en los dedos. Trayendo consigo la pálida lluvia, el sabor que te nombra y te escribe en mí más allá de la palabra.
Imagen: Victoria Rusyn