Día 28.
Asisto al nacimiento de mi yo-pájaro. En la clase de danza surge el reencuentro con la niña que siempre quiso aprender sobre el plié y el relevé. Me siento libre a pesar de la estructura. Todo depende de cómo se mire: el arte no deja de ser por estar contenido en un marco.
Alejandra habla y yo anoto en el aire para no olvidar: “que cada movimiento esté vivo”, “es clara tu sensibilidad”, “hay algo en cómo te movés que es muy lírico”, “se hace evidente tu conexión con la música”. Las recuerdo para quererme. Escucharme en la mirada del otro es una forma de reconocimiento.
Salgo de la clase tarareando música clásica. Paso por el Café Cortázar. Llueve. Todo es una fotografía. Escribo en el móvil: lugares para hacer el amor: escribir, leer, tomar café.
*
Café Cortázar, José Antonio Cabrera 3739.
El otoño no se decide. Parece querer darle un último golpe al invierno. Entramos en el segundo asalto en el que él me mira a través del cristal. Entonces, el mundo entero se detiene y sólo quedamos nosotros.
Quise preguntarle sobre su luna de agua y el sol de septiembre. Sobre París y la nostalgia inabarcable. Sin que llegara a hacerlo, él respondió desde el blanco sobre negro: “Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.
Cuando creo que es la horizontalidad lo que me llama, viene la lluvia y rompe con la certeza. Todo lo que me rodea es un espejo. Cuadros dentro de cuadros, color dentro de música dentro del cuerpo. Mi superstición es aprender a leer la superposición de las cosas.
*
Libros Ref, Honduras 4191.

De repente, todo el azul: las portadas, las ventanas, la tentativa de lluvia. Las postales, las partituras, las instantáneas de Shakespeare & Co. El libro de Jonas Mekas, el de Patti Smith y el de María Negroni; antes de la poesía, la memoria y el diario, pero después de la mirada de pájaro sobre el cielo de las repisas. Entonces, Nick Cave y Sonic Youth. “La referencia es el azul”, dice la postal que traje conmigo. De nuevo, y más allá de mí-misma, el espejo.

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La Casa.
Encontrarme en otros lugares, en otras personas, en otros mensajes. Mirarme. Sostener la mirada.

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“Ama” significa “mujer de mar” en japonés y es el título de este bellísimo cortometraje filmado bajo el agua en la pileta más profunda del mundo.

Fuente: Aconcagua Lat

Esta entrada del diario pertenece al desafío “30 días de escritura” de Maitena Caimán.
sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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