03 de noviembre de 2016.
Intimidad natural.
El verano comienza a derramarse sobre Buenos Aires. 
Vuelvo a escribir en inglés. 
¿Qué se supone que tengo que hacer con esta extraña adrenalina que recorre mi cuerpo, ahora, ahora mismo mientras recuerdo las líneas que escribí ayer por la noche?
La voz lejana, la voz del alma, contesta: silencio.
Noviembre: mes de los mares, mes de la vida y la muerte. 
Primavera que se va antes de siquiera haber llegado. Verano que viene a encontrarme. Invierno en suspenso que llama desde una ciudad desconocida.
Extraña adrenalina que acaricia mi piel, ahora, en este mismo momento en el que escribo.
En los últimos días me ha sido difícil detenerme a escribir. Escribo de a ratos, “bit by bit by bit“. Me pierdo en la contemplación como quien se deja conmover por las suaves, arrulladoras y gentiles olas del mar.
Sentir amor por lo que soy en el momento, por lo que estoy siendo.
Mi mente dice: ¿sentir amor por lo que eres?… Por favor, no seas soberbia.
La voz del alma contesta: Sí, sentir amor por el desorden y el deseo, por la pasión y la poesía; sentir amor por el inglés, el español y el desorden de idiomas; por la extraña adrenalina que recorre nuestro cuerpo, por nosotras. 
Sentir amor por lo que somos hoy.
Noviembre: afinación de mente, alma y corazón; mes de finales y principios, de luz y de sombra, de integración.
Aguamarina que antecede al azul de las profundidades del mar. 
¿Qué se supone que debo hacer en Nueva York?
La voz del alma contesta: suelta el deber-ser y V I V E.
Un libro me dice desde su página 203: “Soy tu sino o el yo objetivo. Cuando aparezco te redimo de los azares sin significado de la vida”.
Contemplación de la voz: Ya no estamos lejos. 
Esto es la voz: mi intimidad natural, el hilo rojo que se extiende de la mente al corazón; la escritura que sahuma, el amor que purifica el pasado y me prepara para una nueva etapa.
¿Cuánto tardará la nieve en disolverse en las manos?
Decimos: Todo el tiempo del mundo, nada de tiempo; ningún tiempo. El no-tiempo también es amor, aunque la mente aún no pueda concebirlo.
Noviembre: me hago una con la mujer de la voz. El diario azul está próximo a nacer. La ciudad desconocida se hace un poco hace más real. 
La voz dice/decimos: “embrace“.
Sí, abrazar los procesos, abrazar todo lo que me trajo hasta aquí, hasta este momento en el que sigo aprendiendo a ser mi propia madre, a con-tenerme, a aceptarme como soy, a aprehender que hago lo que puedo con lo que tengo y lo que sé.
Embrace myself: abrazar el «sí-mismo»*.

Ilustración: Henn Kim
*Concepto que figura en el libro “El hombre y sus símbolos, Carl G. Jung”.
Luis de Caralt Editor, S.A.

sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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