22 de febrero de 2016, 10 am.
Aún no he encontrado una fórmula para el desvelo —o la vida—, pero he leído que dormir es entregarse al misterio. ¿Cómo asir la realidad? ¿Cómo saber cuándo es un sueño? Quizás los sueños son vida, quizás el sueño es realidad en un verbo paralelo. Durante el sueño los minutos se dilatan como se expande el corazón al momento de sentir. Estoy viviendo dos vidas; exploro mis miedos en ambas.
He soñado una frase. He soñado dos cuerpos. He soñado un final como el augurio de un comienzo. Me he soñado una vida distinta, o tal vez he vivido el hechizo de un sueño con forma de hombre.
En el sueño,
En la vida:
La poesía me convierte en realidad.
*
Me he pintado de azúcar y bendición las pestañas
Para llorar agridulce.
He devorado un silencio para lavar el amor
Que se vincula al dolor.
He cerrado los ojos con el poder de un Tsunami
Para vivir en dos cuerpos.
He sangrado la luna para sentirme las piernas
Cuando se apaga el momento.
Me he sacado las balas…
Me he mirado las manos…
Me he cortado las sogas…
He expandido mis costillas
En relación al corazón.
He empacado un invierno en una barca violeta
Y la he dejado en la playa como un tesoro de arena.
Me he quitado un verano con el filo de los dientes
Para quedarme desnuda.
Me he mirado al espejo…
Me he cubierto de azul…
He pronunciado la Vida en un Sueño de Vida
Para volverlo real.
He provocado un incendio
Para volver a nacer
En la marca de fuego,
En los signos del mar,
En la voz del poema
Que se deja querer.
Inspirado en la película I origins y el libro “La enfermedad como camino“.
Con la colaboración visual de Mel Seser