Hoy la libertad de las formas que se animan a vibrar; los pies incesantes; las calas que emanan latidos. Hoy los ritmos, las sincronías, las melodías. Hoy dibujar figuras con los pies. Hoy la música, rescatándome de la rutina, como ayer, como mañana, como siempre.
Ayer fluir como el agua en palabras poesía. Hoy, el comienzo del minuto y el sentido de pertenencia; fluir como una rosa; que las gotas sigan su curso por mis tallos, que sepan filtrarse para volverme a la vida. Hoy el baile, el baile siempre.
Hoy cala, rosa, jazmín; hoy jazz, swing, rock y hasta música clásica. Soy mil en una; una hecha de mil melodías que vibran a la vez, como la libertad de las formas, como la libertad del suspiro.
sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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