“Nos movíamos en un espacio muy fino, rarísimo, entre la luz y la sombra, la muerte y la vida.”
—Marosa di Giorgio
24 de abril de 2018.
Quisiera ser un nombre propio pero soy una ciudad bajo la lluvia. Acaso un acontecimiento raro, mezcla de azul y lágrima de madre, de música inusitada. La melodía. Un silbido de esperma que sostuvo su nota hasta cierto septiembre que se irradia hasta hoy. Ángel caído en la boca de Antártida: hospital, Buenos Aires, 1.40 am.
25 de abril de 2018.
Cuidar una planta como si de ello dependiera el mundo. Lavarse la cara como acto de amor.
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Pero ya no quiero ocultarme en el lenguaje. No. Quiero, desde ahí, poder crear lumbre en mi propio cuarto oscuro.
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Lo que puedo darme: la protección de la palabra escrita.
26 de abril de 2018.
Hay que meterse en la escritura con el cuerpo entero y desnudo, como en el amor.
28 de abril de 2018.
Voy a sentarme a esperar sobre el abismo de la escritura.