I.
Te digo: no sé lo que quiero, pero sé lo que no quiero.
Y a pesar de que esto me recuerde a una canción, lo repito calándolo en la piel como si fuera un tatuaje.
Aún me queda camino por seguir y “tela por cortar” como diría mi madre; y encuentro la belleza de la transformación en la misma incertidumbre de hace dos años atrás, o cinco, o para siempre.
II.
En los últimos días he dormido en posición fetal.
Y no sé si esté o no relacionado con la proximidad del día de la madre que me sigue en las vidrieras y en las paredes y en las calles, y en las paredes de las calles; no lo sé. Pero sé que es un recordatorio de todo lo que he perdido, y lo que es más, lo que he ganado por todo lo que he perdido hasta el momento.
III.
“Suelta el control“, dice Romina; y con esto se abren las ventanas y dejo entrar la luz.
Dormir en posición fetal para abastecerme de calor, el calor del cuerpo propio:
auto-gestarme.
IV.
He transformado al café en un ritual de madrugada, y sé que aunque esto atenta contra el sueño, sé también que ya es parte de mí, tanto como acercar el cuenco de café hasta el centro de mi rostro para perderme en el aroma.
Esto me recuerda a un día de julio en el que mi camino apuntó al Norte y trazó un viaje a la raíz, una carta de amor para Argentina.
V.
Como se mezclan la leche y el café, he de integrar a las mujeres que viven en mi cuerpo, el cuerpo propio. Tanto como he de integrar el blanco y negro que erosionan mis esquinas, o la raíz y el movimiento, o a la luna y a la cruz.
Como se integran la leche y el café, he de verterme en una taza que me acune; retornar al calor del cuerpo propio, contenerme:
auto-merecerme.
Estoy aprendiendo a quererme en el café de madrugada.
Imagen vía houseofsighs.tumblr.com
Hermoso muchacha….
(Extrañaba pasar por acá. Hacen bien las noches de soledad para volver a las cosas que disfrutamos en silencion y con la única compañía de nosotras mismas)
Abrazo desde Rosario, bella.
Devuelvo el abrazo desde la ciudad que nunca duerme hermosa, y gracias por leer, siempre 🙂
Te escribo desde Colombia y quiero decirte que AMO cada cosa que escribes…eres magia.
Gracias, gracias, gracias! De corazón 🙂