Mientras un hombre dice “el poema necesita respirar” me siento a esperar el invierno.
Ha llegado, por lo menos para mí.
Mientras los pies me suspiran historias cruzando el Atlántico, mis manos lloran cenizas.
“El poema necesita respirar.”
Entonces, escribiré un poema sobre los duelos,
o tal vez sobre los vuelos,
o no,
quizás sobre los altos y los bajos que engendraron la semilla.
“El poema necesita respirar” y yo necesito este brote de palabras que son bocanada de oxígeno después del vendaval.
Me revivo. Con cada palabra me re-vivo las penas, los llantos, la tristeza.
Una infancia de mano sobre mano sobre mano porque el invierno ha llegado, y en mis manos, el frío.
Una adolescencia de nacerme turbulencias hacia adentro:
Papá cambia de piel y esto es un invierno tácito.
Una juventud de cementerios y hospitales
– ¿Lo ves? Hasta en el cementerio crecen árboles.
“El poema necesita respirar.”
En la fotosíntesis la luz, y en mi luz la oscuridad:
Papá ha cambiado de piel y me ha sembrado una adolescencia a la deriva;
Papá y yo y la distancia y el rencor y la culpa de que una enfermedad se nos fuera de las manos…
A Papá le ha nacido un invierno hacia adentro,
y más tarde, sus huesos pasaron por mis manos, las mismas manos de frío y de infancia y de nido.
“El poema necesita respirar.”
Papá, te suelto en un viento de cenizas y dejo que encuentres tu canción.
He nacido de ti, y tú has logrado renacer de mis manos de invierno, de cuna, de exilio.
Me nacen flores Papá, me nacen flores hacia adentro:
he aprendido a perdonar.
“El poema…”
Me siento a escribir porque el poema necesita respirar;
o no, tal vez porque escribir es una forma de aprender a exorcizarme los inviernos…
entre otras cosas.
Imagen: Pinterest

***

Este es el octavo capítulo de 12. 12 Mandamientos. 12 extracciones de sangre. 12 respiraciones boca a boca. 12 poemas, o no, 12 textos que buscarán su propia forma y la encontrarán en tus ojos. 
Hasta el próximo capítulo,
S.
sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

1 Comment
  1. "Me siento a escribir porque el poema necesita respirar;
    o no, tal vez porque escribir es una forma de aprender a exorcizarme los inviernos…
    entre otras cosas."

    Ay!

    (Gracias a la vida que cuando las cosas se nos escapan podemos deshacernos en letras para intentar darle algo de sentido al caos…)

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