Los atardeceres de Venecia
“Lanza tus sueños al espacio como una cometa y no sabes lo que te devolverán: una nueva vida, un nuevo amigo, un nuevo amor, un nuevo país.”
– Anaïs Nin
Aquí estamos, en la etapa que sigue. Ayer firmé el contrato editorial para dar marcha a la impresión de La Hija del Cambio. Fue un día lleno de emoción y sensibilidad, un día raro (y en esta instancia, pareciera que toda la semana lleva esa marca). Fue un día de dejar ir, de soltar mi historia para terminar de afianzarme al presente..
Todavía me cuesta asimilar cómo llegué a esta instancia, de dónde vino la fuerza que sirvió de motor para este gran logro, esta gran pasión. Pero entiendo que fue un aprendizaje, que aprendí a encontrar la intensidad y fortaleza que dio luz al libro. También entiendo que siempre estuvo más cerca de lo que pensaba: adentro mío. Aprendí que la clave era amigarme conmigo misma, bajarme del estrado, dejar de señalarme con el índice y reconciliarme conmigo.
Jamás imaginé que iba a publicar un libro. Si bien escribir siempre fue mi forma de conectar con el mundo, nunca esperé encontrarme frente a esta pantalla, ante ustedes, que siguen el blog y leen las historias que se escurren de cada post. Nunca esperé volcar mis palabras en un pequeño tesoro de papel (porque siento al libro así, como un pequeño tesoro, frágil y sensible).
Por eso, en un intento de agradecerles cuánto valoro sus comentarios, sus mensajes y todas sus palabras, pensé en cruzar la frontera de la invisibilidad y publicar mi foto, mi primera foto en el blog. Para que de alguna forma puedan asignarle un rostro a ésta y todas las historias que se alojan en esta ventana virtual, para que crucemos al otro lado… (attraversiamo ¿se acuerdan de esa palabra?)
Porque si no cruzamos… ¿cómo vamos a saber que hay del otro lado?
Cara de felicidad post-contrato 🙂
Quería y sentía que tenía que decirles: GRACIAS. Gracias por ser parte de este espacio y por ser parte de este proyecto.
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Aprovecho para contarles que hoy vamos a estar dedicando todos nuestros posts de facebook a una ciudad hermosa, una ciudad que figura en el libro, y que en este segundo viaje logró reconquistarme, demostrándome que las primeras impresiones no siempre son correctas:
Querida Roma, este día es para vos.
Si tuviera que definir mi día en una canción, sería ésta.
De mí para mí misma: