Cuando baja el cielo
todos los intentos de dudar 
se ven despedazados por las nubes,
y la textura de la niebla
engendra agallas x mayor.

Cuando baja el cielo,
vos y yo nos animamos a correr
detrás de nada y de nadie;
yendo a ningún lado
pero en la misma dirección.

Cuando baja el cielo
nos creemos superhéroes
descendientes de la crisis
que aspiran a tejer un poco más de cielo 
con las manos.

Trozos de cielo,
nexos del cielo,
pociones de amor y de sexo;
caricias de lluvia con tendencia al terciopelo
con el frío y el invierno haciendo estragos de verano.

Antagónicos, 
anticrisis,
contradictorios; 
alérgicos al conformismo…
y todo eso, cuando baja el cielo. 

Foto: Sol Iametti

sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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