Escenas de verano:
No me importa el sudor frío del vaso.
El maridaje de naranja y zanahoria hace bien al corazón. Me lo dijo el instinto.
No me importa la arena exfoliándome las plantas de los pies, 
si promete que me crezcan las raíces en todas las ciudades.
La esencia de la playa le hace bien a la poesía. Me lo dijo el corazón.

No me importa encontrar inspiración 
dejándome cegar por el sol de la mañana;
o creerme protagonista de la escena de verano, de esta escena de verano,
en la que soy todas y todos alguna vez cegados por el sol,
todas y todos exfoliados por la arena,
todas y todos sumidos en un zumo de estación que arremete los sentidos.

Todas y todos:
fresca, natural y algo etérea,
inhalando intensidad con música de fondo:

sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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