“I must be a mermaid. I have no fear of depths and a great fear of shallow living.” 
– Anaïs Nin.

I’ve admired Mélanie Laurent ever since I saw her in Beginners (I hadn’t watched Inglourious Basterds yet)., and something about her inspired me.
With an undeniable talent, a gorgeous beauty and a flawless character’s taste, Laurent has established a whole different section in the ‘artist’ category, draging little inches of her personality into everything she does.
Ever since I listened to her songs I haven’t been able to stop myself from replaying them and that, in my book, is obvious proof of her professional flair.
Blessed the woman that leaves an everlasting trademark, for hers is the kingdom of art.


Desde que vi a Mélanie Laurent en Beginners (sin aún haber visto Bastardos sin Gloria) supe que iba a convertirse en objeto de mi inspiración.
Con talento innegable, una belleza resplandeciente y un gusto impecable para seleccionar sus papeles, Laurent generó un inciso en la categoría de “artista”, endulzando, silenciosamente y con inteligencia, todo lo que hace con pequeños detalles de su personalidad.
Desde la primera vez que encontré sus canciones no puedo dejar de escucharlas y eso, en mi cuaderno de definiciones y sinónimos, es evidencia irrefutable de su versatilidad profesional.
Bendita sea la mujer que deja una marca eterna en todo lo que hace, ya que de ella es el reino del arte.

 
Images: tumblr.com

sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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