No Doubt fue sin dudas una de las bandas más significativas de los ’90. Su equilibrado balance pop-rock-ska, sumado al excelente impacto de sus videos, influyó, y aún sigue influyendo, en la actitud de diversas generaciones.
Sin hipocresías, usualmente la voz cantante recibe inconscientemente mayor atención que el resto de la banda. Pues en este caso, no era de esperarse lo contrario. La imagen de Gwen Stefani, fue desde un principio un exacto reflejo de la evolución de su feminidad.
En sus comienzos, mostró un look totalmente excéntrico: blonda con reflejos rosados, tops y pantalones sueltos, una clase de sport-ska, lo cuál se mixaba perfectamente con su presencia escénica.
Actualmente, “The Sweet Scape”, sigue la línea de inspiración del primer single de su disco anterior, casi mágicos, sus videos parecen fábulas, que permiten al espectador incluirse en la historia; apropiado y sublime, el vestuario es nuevamente co-protagonista.
Esta maravillosa artista, no sólo sabe vender, sino que sabe convencer. La fantástica interrelación de sus distintas pasiones, resulta en un producto compacto: una mujer glamorosa, camaleónica y exquisitamente profesional que impone moda.
Sin dudas, Gwen Stefani es uno de los íconos más relevantes del siglo XXI, una celebrity que “marcará el ritmo” de los años por venir.