Back in 2008, Bela Trosman, Juan Tobal y Ezequiel Spinelli decided to embarque themselves in a new project: the convergency between multintalented musicians and the ideal counterpoint of 50s, 60s and contemporary melodies.
Mompox’s music is a one way ticket to retroville, in a bus driven by an ingenious combination of styles with a powerful reminecence of epic influences such as Beck, The Beatles, The Kinks and The Beach Boys.
The band’s latest record goes by the name of Triangle, and its name couldn’t be more accurate, since it coincidently acts as somekind of sonic Bermuda’s Triangle for the ears of the listener.
From the very first to the last song of the album, you’ll feel hooked by the sonic magnetism of it, and you’ll get completely lost in its amazing mixture of sounds.
With their synthesizers as main leads, Mompox creates a perfect harmony between peaceful joy and fun. You can go from a state of melodic ease to the intent of jumping inside. The record begins with little bit of 80s uptempo/ David Bowie-ish style, with a hint of Friendly Fires and Shout Out Louds. Then, it smartly switches to a slower rhythm with more of a Bob Dylan style, only to take it to the top again by the hand of an ingenious alliance between drums, octopad, trumpet and synthetizer. Last but not least, the grand finale: choirs, cords and musical texture (if we could only touch the notes!), simply amazing.
‘Synthesizing’, Triangle is a rollercoaster of sonic energy.


Hace algunos años atrás, en el 2008, Bela Trosman, Juan Tobal y Ezequiel Spinelli decidieron embarcarse en un nuevo proyecto: un punto de encuentro de artistas con diversos talentos musicales que al mismo tiempo se transformaría en la convergencia ideal entre el estilo musical de los años ’50, los años ’60 y las melodías contemporáneas.
La música de Mompox es un boleto sin retorno a Retroville, en un colectivo artístico que transita el camino de la ingeniosa combinación de estilos, con una poderosa reminiscencia de influencias épicas como Beck, The Beatles, The Kinks y The Beach Boys.
Su último disco se llama Triángulo y su nombre más que acertado, ya que coincidentemente actúa como una especie de “Triángulo de las Bermudas” sónico para los oyentes. Desde la primera nota del disco hasta la última, uno se sentirá atrapado por su magnetismo sonoro, perderdiéndose por completo en su sorprendente mezcla de sonidos.
Con sus sintetizadores al frente, Mompox crea una armonía perfecta , con transiciones que invocan a un estado de paz melódica o, por el contrario, a querer saltar por dentro (o por fuera) al ritmo de la música.
El comienzo sorprende con sus eficaces sintetizadores, a través de un estilo clásico de los ’80 + David Bowie, en simbiosis con un toque de Friendly Fires y Shout Out Louds. Luego, con inteligencia, se transforma en un ritmo más pausado casi propio de Bob Dylan, sólo para volver a llevarte a la cima tempórica con una alianza ingeniosa entre la batería, el octopad, la trompeta y el sintetizador.
Por último, el gran final: coros, cuerdas y una impecable textura musical (¡si tan sólo pudiéramos tocar las notas!), simplemente increíble.
Sintetizando, “Triángulo” es una montaña rusa de energía sónico-miscelánea.

sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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