03 de marzo de 2018. Mañana lábil.
Recuerdo.
Paraje entre verano y otoño. Septiembre. 11° arrondissement. Los tejados apenas se dejan ver, entreverados con el velo que descansa sobre la mirada de la casa. Tostadas con queso brie y té de jengibre, que reemplaza al café solo para evitar el resfrío. Me asomo para observar los cielos de París una vez más sin creerme del todo que estoy ahí, que estoy así, tan viva.
El movimiento empieza a colmar la Rue Alexandre Dumas y lo que llego a ver del Boulevard Voltaire desde el sexto piso de este remanso iluminado. Sobre el edificio que lo enfrenta se encuentran tallados los títulos de las obras literarias de Dumas. Sobre la mesa reposa “Zona de Obras” y el diario de viaje.
Todo está amaneciendo allá afuera, como yo.
Imagen: bsfnr.tumblr.com