Día 18.
La luz se echa a dormir sobre la palabra.
De fondo suena “Buen día María” de Adrián Berra:
“Habrá silencio adentro y el silencio podrá hablar
Y así quizá no te sientas sola
Yo siempre seré un perro mordiendo su cola
Una y otra vez
Todo es circular, sabia medicina”
El agua recorre La Casa. Abrazo la emoción de trascender la muerte, la conmoción de apropiarme de las palabras y las cosas.
Se reinstaura la paz. Dedico toda mi atención a repasar los libros de la biblioteca. Vuelvo a descubrir títulos olvidados, fragmentos que creía perdidos: Susan Sontag, William Carlos Williams, los poemas eróticos que traje de Nueva York. Me detengo en las texturas y los colores. Escucho El Alud y canto: y luego vino el alud de crecer. El agua recorre La Casa y me recorre.
Un arroyo de luz llega hasta dos monosílabas que reconstruyen el día: She / Love. Podrían ser un nombre. Mi otro idioma recorre el silencio y lo quiebra. “Mundo debajo del mundo”: sutil subtítulo de lo visible.
Encuentro los cuadernos de viaje de Salta y París. “Una y otra vez, todo es circular, sabia medicina.” Para esto escribo, para tenerme cerca en todas mis versiones. Dejo que la vida me tome. El agua recorre La Casa. El agua me recorre.