Día 23.
Media mañana
Mismo sitio, distinto lugar.
La metáfora sucede más allá de mí misma, y abre. “Cruzaré este nuevo umbral / Sin fuel para regresar“.
Media tarde
Compartir con ellas eso que late. Sara y los aromas a especias y espíritu itinerante. Yamila y el eco de su risa llenando los ángulos de las paredes.
Hago limpieza. Me dedico a echar en la bolsa lo que ya no es necesario. Como ritual despido a madre una vez más. Aproximo las bolsas a la puerta y sonrío cuando sus voces retozan hasta llegar a mí. La restauración de La Casa no sería lo mismo sin ellas.
Anochecer
La Casa en silencio. Ellas descansan. Yo leo. Ginger mint tea y otras realidades. Mañana será una mañana nueva, parecida a las de antes pero jamás nunca la misma. Navego ese silencio azul real y me voy volviendo de a poco poco poquísimo una música fina: la mano amante que roza el cuerpo dormido del que sueña.
Esta entrada del diario pertenece al desafío “30 días de escritura” de Maitena Caimán.
Imagen: Lucía Rodríguezh