“[…] las palabras estaban de camino, y cuando llegaron, Liesel las sujetó entre las manos como si fueran nubes y las escurrió como si estuvieran empapadas de lluvia.”
La Ladrona de Libros
Escurrir las palabras, capturar imágenes, estrujar sensaciones… Para mí, todos estos conceptos son iguales. Tengo intenciones recurrentes de mezclarlos, amasarlos, dejarlos levar sólo para admirar su capacidad de asimilación.
La fotografía me apasionó desde siempre. De niña encontré una fotografía de mis abuelos en un cajón, impoluta, servida, casi como si estuviera esperándome. Su simpleza y cotidianidad me conquistó de lleno, sin preámbulos. Pude sentir los adjetivos saltando en mi cabeza (quizás ese día tocaba jugar a la rayuela)… La vocación había tocado a mi puerta: tenía que dedicarme a capturar momentos.

Así conocí a las palabras gramaje. Al principio, mi cuaderno se sonrojaba cada vez que veía la luz, se enroscaba las íes con los espirales; pero con el tiempo las letras empezaron a sentir, la creatividad a fluir, y la fotografía quiso imitar a John Lennon y me confesó su necesidad de sostenerle la mano a mis palabras. 

Finalmente, después de tantos años de enredarme como las íes, después de tantos amagues frisados, y de un viaje que me cambió la vida, empecé a recopilar instantes luciérnaga: momentos de perfecto equilibrio cósmico que parecían haberse perfumado los detalles para mí y sólo para mí (o al menos así me gustaba creerlo). Unión. Creación. Acción. Mis dos pasiones: escribir & fotografiar. Plasmar abreviaturas del tiempo presente.

Ahora vivo. Ahora siento. Ahora quiero todo, y lo quiero entero, profundo, sentido. Quiero papel de sábana. Quiero suspiros de obturador. Quiero escribir, fotografiar. Quiero no olvidar(me), recordar(me); amalgamarme a lo efímero, lo pasajero de a los instantes luciérnaga.

El mundo es un cocktail de instantes.
No libera su resaca hasta llegar el momento.

Tú, mundo contenedor 
que contienes los instantes en un caldo de puño.
Abre los dedos.
Extiende tus tendones,
para hervirme reglones de liberación.
Sólo la geografía de tu palma 
siembra surcos en mi rostro.
Los siembra para derretirme, 
para despertarme.
Latitud – Longitud – Luciérnaga
Abre los dedos, yo abriré los ojos.
Magnitud – Maravilla – Mariposa
El mundo es un cocktail de instantes.
Su aleteo me cocciona los sentidos.
Yo, contenedor ártico, antártico.
Congelo los instantes para plasmar el momento…
hasta llegar el momento.
sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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