Mayo (sin fecha).

Llueve y las luces se ven especialmente hermosas con la grisura del cielo. Pasaría el resto de la noche tumbada en la cama, pensando en él, mirando la inmensidad del cielo colarse por la ventana, imaginando que el mundo mismo me observa hundirme en el deseo.

Me proyecto: mi boca abriendo una vocal, desarmándola como una fruta madura. La lengua subrayando la humedad de los labios. ¿Cómo será su voz al oído? ¿Cómo se moverán sus dedos?

Hoy el cielo es él y él es el cielo. Sólo quiero perderme, fundirme en esta función profunda de nosotros, totalmente imaginaria, pero no por eso menos sugerente.

 

7 de junio de 2023. Cafetería, Barrancas de Belgrano

¿Qué hacer con tanto placer? Se me ocurren tantas cosas: nuevas formas; el intento, la osadía de transitar los márgenes de lo no convencional y tentar con la boca las posibilidades. Quizás decorar el silencio con algo más: enunciar el placer en el centro de la negrura, hacerlo voz.

¿Qué decir más que la oscuridad que nos habita y lo cubre todo con provocación?

Te debo un baile y palabras suaves al oído. Necesito días para reposar en este anhelo, para permanecer en el recuerdo de tus ojos mirándome.

Tu corazón es el sonido de la noche. Mi cuerpo, una casa tomada por el deseo.

El cielo es más que el cielo. La ventana es un umbral que lleva a algo más que yo y los otros; lleva a nosotros. Mundo dentro del mundo, perfecta libertad.

Fuimos tocados por la mañana.

Islas de placer y luz nos abrazan.

 

 

Imagen: tumblr

sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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