Abril. Puentes.
1.
Abismal. Borde oscuro.
Manos desnudan la noche. La nueva noticia de tu boca rompe contra el cuerpo. Olas al fin.
Lo escrito nos salva del olvido.
2.
Intimidad es cantar para mí. Me siento a escribir, no buscando un cuarto propio, sino creándolo. Con cada intento de nombrar construyo mi espacio sagrado.
3.
Bailo sobre la palabra. La música ocupa el tiempo, puebla los rincones del aire. Alimenta ideas, imágenes.
Siempre habrá una bienvenida hacia las cosas, hacia la vida, mientras exista un poema a mi alcance.
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Nació un mundo a partir del tacto. Fui otra cuando pasaste el dedo por mi boca: sabor, humedad, deseo. El animal sigiloso que hay en mí asomó sus ojos y no hubo punto de retorno.
Contorsionarme sobre el cuerpo de la noche podría convertirse en mi actividad preferida.
Quisiera que esta canción en la que soy yo misma no se termine nunca.
*
Escribir el placer no es fácil. Tampoco dejarse encontrar por el misterio. Aún así lo intento. El primer paso es querer.
Anhelo cortar la cuerda y dejarme suelta, perder de vista a lo que ya no soy.
*
¿A qué temperatura está mi corazón? “Una pregunta siempre es una disrupción”, dijo Laura en la clase de tarot.
Sé que es el camino correcto cuando soy besada por la presencia. Entonces es clara la dirección, el próximo movimiento. Cuando aparece la duda, me echo a correr por la superficie del día hasta dar con la pequeña belleza, que siempre es un mensaje: despertar a la realidad, elegir distinto, lograr un nuevo final… animarme a escribirlo.