19 de mayo de 2016, 12.35 pm.
Si te contara cómo viajo con la música nos iríamos tan lejos que jamás volverían a encontrarnos.
Me estoy volviendo música de muertos y fantasmas; notas de flores secas que decoran el invierno con anciana timidez.
Haz una quena con mis huesos; pertúrbame; téjeme despacio entre calles y arrabales hasta volverme una historia; tiñe mis manos de azul.
Anaïs dice: “Acabo de expulsar mi corazón.” Me vuelvo palabra para llegar hasta ti y cantarte el ritmo de los bares, la espuma blanca, la voz de una mujer que está naciendo… Nace.
Vine a contarte el temblor subterráneo por debajo de los pies de una mañana en Buenos Aires, los corales que guardan fantasías de sexo y amor a las 2 de la mañana; el vaivén de la ciudad gris que me ha visto crecer. Vine a contarte la magia y la fe; el hechizo de Luna; la pérdida de hogar y la partida de la madre.
Vine a cantarte el umbral de una casa íntima que comienza a nacer… Abre… El capullo que florece a pesar del temporal.
S.