29 de noviembre de 2015, 10 pm.

Julio,
De todos los papeles que he encontrado en el cajón, déjame decirte, ninguno parece tan desesperado por traducirse en la sucesión de letras que viene en las próximas líneas. Por lo tanto voy a intentar escribirte un poema, o no, quizás una forma de hacerte saber que no te he olvidado; que aún sigo leyendo fragmentos de Rayuela al azar para encontrarle respuesta a las vueltas de la vida; que he vuelto a visitar Agronomía para sentir el perfume de tu espectro abrazándome en la esquina; que he pasado una tarde de noviembre con aroma a café y jazz de fondo, con la frase “A puro corazón” escrita en tiza al costado de tu fecha natalicia.
Quiero decirte que en este fin de semana de noviembre, único e irrepetible fin de semana de noviembre de 2015, la palabra corazón ha salido a buscarme y me ha encontrado, al menos, cinco veces en dos días. Esto ha coincidido con el salvaje corazón de un amor amarillo; también con el latido que me he detenido a sentir a mediados de la noche cuando la tormenta, el hombre que sabe a canción, y el tango que confunde indiferencia con el vértigo.
En fin, como decía, vine con ánimos de un intento de poema, con el papel arrancado de un cuaderno de flores y espina; con una flor de loto en las manos que recita el camino: escucha el corazón.
Entonces, me abro —como una decisión—. Me abro en tus manos de notas y aire para mostrarte que el cielo nos anula las variables; que todavía las cartas, todavía las nubes, todavía la miel. Que no me he olvidado de volverte a escribir; que vine para intentar escribirte un poema, pero me he dado cuenta …
Dicen que recordar significa “volver a pasar por el corazón“. El poema es tu nombre destilando el azul, cada vez que te recuerdo con el sonido de mi voz. Re-cordis: yo recuerdo tu nombre.
*
Escribir una carta de amor para un cuerpo ausente, para el verbo fantasma, para el hombre que pronuncia las ciudades al unísono conmigo.
Carta #1: http://goo.gl/hCo0Rm
Carta #2: http://goo.gl/KQf3g0
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sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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