(Enciende el cerillo mientras estamos a oscuras).
Ven, que voy a contarte un silencio:
Todos caminamos sobre el fuego,
fuego líquido.
Tú caminas, él camina, camino yo.
Hemos llegado a la luna,
y la luna en las manos equivale a Tsunami.
y la luna en las manos equivale a Tsunami.
La madre
En la luna se agitan las aguas
y un secreto ha crecido entre los huesos.
El humo sagrado ha venido a salvarme.
La tormenta del secreto me ha arrastrado hasta la costa
y un anfibio ha nacido entre las piernas.
Se agitan las aguas
y el hielo toma forma entre las piedras.
El agua corre y la montaña se queja:
Canto de abejas.
La montaña trae luz y yo le digo:
No apuntes a los ojos,
no apuntes a mi pecho que soy foto-sensible.
Y a pesar de las tormentas de viento y de lluvia,
de los incendios de nieve y calor,
La memoria me dice:
No olvides el fuego,
no olvides que caminas sobre el fuego,
fuego líquido.
Tú caminas, yo camino, nosotros caminamos.
Estoy aprendiendo a quitarme el hielo con los dientes.
Estoy aprendiendo a leer:
H de hija
H de humo
H de hielo
El verbo del recuerdo encierra el secreto
en una letra invisible a la lengua.
en una letra invisible a la lengua.
Como un secreto que crece entre las vértebras
o los pulmones
o el corazón.
La montaña me dice:
El hielo es enemigo de las piedras;
y me sigue enseñando a leer.
Yo sostengo la piedra,
y la piedra me habla:
La montaña me ha enseñado a leer.
La montaña me ha enseñado a leer la oscuridad.
Canto de abejas.
Ven, que voy a contarte un secreto:
Quiero darte las gracias.
Quiero darte las gracias por la luz.
(Apago el cerillo y nos quedamos a oscuras)
(Apago el cerillo y nos quedamos a oscuras)
Imagen vía flickr.com/photos/_ethanea