I.
Dreno.
Me siento a drenar de la única forma que sé: en palabras.
Jamás he podido olvidar a quienes pasaron por mi vida, no del todo, 
y hoy acepto que he de convivir con esto por el resto de mi vida.
Nunca he podido enterrar el pasado, es más, me he saltado el funeral.
Mi duelo es eterno porque nunca he dejado de extrañar.
Mi forma de vaciarme es, en realidad, cambiarme este vestido que he elegido: las palabras.
Lo acepto.
Todo lo que ha pasado hasta esta instancia me trajo hasta aquí:
las ambulancias, los poemas en medio de la clase, N tomándome de la mano para no dejarme ir, L escribiendo “te quiero” para cruzar un continente, H de hija de huérfana de herencia de huesos.
II.
Asumo que esta vez me toca virar las palabras hacia adentro, aunque esto implique un desastre natural.
El mar corre por dentro en este continente, el mío; y no figurar en el mapa es parte de una decisión.
He encontrado una forma de convivir conmigo misma: aceptar mi propia convulsión como una convicción; hacer de este temblor el poema de todas las ciudades, sin jurisdicción ni formalidades; navegar en carne viva.
Todo lo que ha pasado hasta esta instancia me trajo hasta aquí.
Y la tormenta me ha enseñado.
Y aún sigue la búsqueda (¿es que acaso alguna vez termina?)
Y sigo sola, entendiendo que la marea es mi camino.
III.
He creado una cuna, un hogar, una lengua.
Me ha nacido un continente.
He aprendido a ser mi madre, mi padre, mi amiga, mi llanto.
Hoy acepto el silencio
y entiendo que el compás lo llevo dentro.
Hoy sé que mientras siga la marea
me esperan nuevas formas de drenar.

Imagen: Pinterest

***

Este es el séptimo capítulo de 12. 12 Mandamientos. 12 extracciones de sangre. 12 respiraciones boca a boca. 12 poemas, o no, 12 textos que buscarán su propia forma y la encontrarán en tus ojos. 
Hasta el próximo capítulo,
S.
sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

2 Comments
  1. Somos la suma de las pequeñas decisiones, los grandes momentos, las personas, el azar, los errores y los aciertos que nos trajeron hasta este preciso instante donde yo tipeo frente a una pantalla tras leer tus letras y vos lees, con delay, lo que yo estoy escribiendo ahora.

    Amigarse con todo eso que pasó (que hicimos, que fuimos, que nos hicieron) porque bueno o malo, fue la semilla de lo que somos ahora y de lo que podemos ser de acá en adelante, si queremos. Ésa es la cuestión.

    (O quizás es completamente otra pero ésa es la que yo encuentro en tu texto. Quizás estás hablando de cualquier otra cosa y yo no entendí nada; no me sorprendería. Ante todo, asociación libre jaja)

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