“Sacar belleza de este caos, es virtud.”
– Gustavo Cerati
Lejos. Hoy estoy lejos de lo que alguna vez fui: una chica de 24 años que perdía a su papá en una cama vestida de novia. Hoy también estoy lejos de la chica de 26 años que alguna vez le cantó al oído estrofas de Spinetta a su mamá mientras soltaba la vida en una cama parecida, pero distinta. Estoy lejos, ya no soy hija de nadie. 
HIJA, una palabra de sólo cuatro letras. Pensar que no voy a volver a escucharla me causa escalofríos, pero a la vez se transforma en la fuerza de tracción que hace que todos los días conciba el mundo desde otra perspectiva.
¿Sería la misma si no hubiera perdido a mi papá y mi mamá en menos de 3 años? No, no sería la misma, ni tampoco sería la misma si aún estuvieran conmigo. Como dije una vez, somos libros que se van escribiendo en el momento. Nuestras decisiones representan las palabras y los signos que nos ayudan a dar luz a cada párrafo, cada capítulo.
Hoy es un día especial, un día raro; un día de editorial a las 10 de la mañana; un día de una mujer embarazada, un casamiento por civil, y el viento como alivio del asfalto y el calor haciendo el amor en plena avenida. Hoy es un día raro, en el que la felicidad y la tristeza se miran de reojo, como queriendo compartir la mesa. Hoy caminé calles de nostalgia, calles de hospital. Entonces, miré a la tristeza y la felicidad a los ojos y asentí: en esta mesa caben ambos, en esta casa siempre se puede compartir.
¿Estaría escribiendo si no hubiera perdido a mi mamá o no hubiera viajado hace 2 años? No, o al menos eso pienso ahora. Este libro está diseñado para corazones que no tienen miedo de sentir, como el corazón de mi mamá, como mi corazón. 
Este libro es por y para ella, para llevarla de mi recuerdo a la portada y las hojas que configuraron el viaje de mi vida junto a la mujer que me dio la vida.
Hoy escuché esta canción camino a casa, y me detuve en una frase: ¿Quién iba a decir que sin borrón no hay trato ..?  ¿Quién iba a decir que tenía que perder para volver a escribir?; y otra frase: […] Nos quedan muchos más regalos por abrir, monedas que al girar .. descubran un perfil. Este libro es mi moneda, y hoy me arriesgo.
(Lanzo la moneda).

sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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