“Voy a ser más como yo y ver qué significa eso.” —dice una de las frases de The Pretty One, una película que vi me encontró un sábado por la tarde, una tarde de invierno helado.
Me gusta pensar que las películas y las canciones me encuentran cuando más las necesito, actuando como una especie de re-afirmación de mi estado emocional.
En estos últimos meses tuve miles de momentos de sincronicidad cinéfila y musical, y eso me hace bien; me hace bien porque trae de la mano inspiración para reanudar los lazos con secciones del blog que estaban en espera.
The Pretty One está protagonizada por Zoe Kazan (Ruby Sparks) y Jake Johnson (New Girl, Drinking Buddies), y aunque inicialmente pensé “otra bonita historia de amor con un trailer que todo lo dice”, estaba equivocada.
A medida que se desarrolla el argumento, el romance se va desenvolviendo como una historia secundaria, dando lugar a la verdadera historia protagonista: Sentirnos cómodos en nuestra propia piel.
El personaje de Laurel abre una cortina, una cortina que muchos de nosotros tenemos o tuvimos frente a nuestros ojos, el gran telón que al correrse revela que las expectativas, los prejuicios y la mirada de terceros son elementos que circundan nuestra verdad, la verdad acerca de entender quiénes somos, o lo que queremos ser. Laurel nos recuerda que, si bien estos elementos están siempre presentes, la manera de afrontarlos está en cada uno de nosotros.
Así, nos introduce en su mundo de no-labiales, modernidad o perfección para ir desenvolviéndose como un regalo ante sí misma, asimilando que en sus diferencias está su potencia. Este personaje nos revela que somos los únicos responsables de nuestro futuro; que llegamos tan lejos como queremos llegar, y que nada nos cae del cielo. Los sueños hay que trabajarlos para llevarlos al plano real, y es ese trabajo el que hace que lleguemos al núcleo. Poder abrirle la puerta a lo que somos lleva trabajo, un trabajo que puede involucrar prejuicios, tristeza y desorientación; pero a partir de ese proceso también encontramos el camino: ¿Cómo saber lo que queremos sin saber lo que no queremos? Éste es un camino que se construye continuamente, sobre la marcha.
Así como Laurel se involucró con su realidad, yo me involucré con la mía hace unos meses. Tuve la fortuna de sentir despertar una parte de mí que creía inexistente; tuve la suerte de darme cuenta de que estaba gestando un cambio. Es por eso que ahora mi corazón se siente un poco más grande, gracias a la luz de esta nueva parte amalgamada a lo que era. Ahora que atravesé el miedo a la rutina de oficina para afrontar el miedo a la incertidumbre; ahora que no necesito ocupar los zapatos de nadie; ahora que me siento más segura marcando mi propio camino… Ahora, es ahora que puedo leer esta película de otra manera.
Quizás si me hubiera encontrado en otro momento de mi vida, no hubiese tenido herramientas suficientes para interpretarla de esta manera. Entonces, quizás sí hubiera sido otra bonita historia de amor.
Es importante mirarnos y entender que vale la pena dar-nos una chance (cuántas sean necesarias).
Una vez que nos afianzamos de adentro hacia afuera, podemos afianzar la conexión con nuestro entorno.
“Me enamoré. En realidad creo que él huele muy bien. Huele a realidad, y sudor, y vida, y sexo. Siento que soy yo a su lado.”
The Pretty One
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