“Debo ser una sirena. No le temo a las profundidades, pero sí le temo a la vida superficial.”
Anaïs Nin
Hoy desperté escuchando poesía. Belleza de sábado. Sábado 10 de mayo, sábado 15 de 16 desafíos (porque escribir cada día representó una muralla que me propuse escalar). Hoy desperté escuchando poemas de Wisława Szymborska. Levité abrazando un tazón café con leche, navegando tostadas de relieves arándanos. Hoy releí el post Partidaria, y pensé en deshacerme. Hoy volví a encontrar una canción en mensajes archivados, de esos que se guardan a elección porque importa el contenido. Hoy me di cuenta de las cosas.

Hoy:

Intensiva.
Intensivas las terapias.
Intensivos los recuerdos,
las palabras puestas en espera.
Los tapados tendidos hacia el sur,
las corbatas guarnición de las polillas.

Intensivos mis poemas.
Intensivo el erotismo,
alimento de mi ultraje.
Las cuerdas de violín desafinado,
las vibraciones.
El tacto puesto en remojo,
las casillas corazón.

Intensivos mis fascículos.
Intensiva adolescencia,
el ‘cuidado, cuidador(a)
no desdigas tu existencia.’

Intensiva soy.
Escribo con los dedos,
y borro con el codo.
Mis mejillas se sonrojan
al leer mi apuesta a todo.

Y me extingo la llama
una vez cada tanto.
Me guardo en el cajón.
Camino mi tierra,
destrozo manojos,
deslizo texturas;
devoro mi esencia.

Intensiva vengo,
Intensiva voy…
incendiada.
Marcando mi polo,
buscando destinos
de quién sabe dónde.

Prefiero intensiva.
Me gusta este injerto
de amor y de ardor
que ha crecido en mi pecho.
Prefiero(me) así,
en complot viceversa,
confiada de mi alto voltaje.

Intensivo el contraste que abarco.
Intensivas mis olas.
Intensivo mi humor
que varía de exalto,
o que grita de espanto;
que enciende las alas
de risa y de llanto.

Y la vida y la muerte,
el sexo y el canto,
el duelo, el abrazo,
y los cuentos al paso.

Los besos con lengua,
los ojos infierno.
Cavernas mentales,
inviernos subsuelo.

Me declaro intensiva,
porque no hay otra forma.
Fui – Soy & Seré
[Intensiva]

Las canciones correspondencia:
sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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