“Este día es algo de sal
 me dejó vibrando al nacer
pesa y es liviano como un hilo sin nombre
suena un poco a mi guitarra.

Tengo que aprender a ser luz
entre tanta gente detrás.
Me pondré las ramas de este sol que me espera
para usarme como al aire.”
Canción para los días de la vida – Luis Alberto Spinetta


“No corras más. Tu tiempo es hoy.” … Continúo citando a Spinetta, en parte porque sus letras marcaron mi infancia (hasta podría decirse que llevaba sus canciones de lanchera), y otro tanto porque mis palabras llueven ganas de disfrazarse de las suyas, quieren copiarlas, acoplarse a ellas.
Siempre escribí, escribí toda la vida. Recuerdo la primaria como un plato de sopa (de letras), recuerdo-me nadando a lo hondo, rescatando solo las aptas para el papel. Así fue como escribí mi primer poema, un poema dedicado a mi abuela, objetivo de mi adoración. También recuerdo a mi abuela enmarcando mi poema, y recuerdo re-leerlo por el resto de mi infancia y parte de mi adolescencia.
Mi amor por la poesía es corazón, siempre late, aunque a veces su pulso sea débil, aunque a veces la rutina, la oficina y el cansancio. Es un amor recíproco, amor coraje; no baja los brazos ni presenta renuncia. Tuvo y tiene la esperanza de crecer conmigo; me toma de la mano cuando más lo necesito, se amalgama a mis gustos musicales, a las fotografías que tomo con los ojos. Visto este amor todos los días, debajo de la ropa interior: es íntimo, terso, dulce
Dulce, como yo, tan dulce que gané el apodo “cursimett”. Y así, bajo este sobrenombre, me disfracé de poetisa de otro tiempo, como mis palabras alguna vez se disfrazaron de las letras de Spinetta. Ya no me importa si estoy a la altura, sólo importa escribir. “Mi amor me dará las alas que necesito” – pensé –
Entonces, hace casi un año, busqué mi antiguo cuaderno y volví a escribir. Él y yo nos volvimos inseparables, y como algunas parejas tienen su canción, nosotros tenemos un poema: 
Te amo en las ideas 
que asaltan mis neuronas.
Necesito capturarlas,
seducirlas con la miel de la poeta; 
asirlas con el puño de mi letra…
prensarme en vos.

En tus hojas veo el cielo
que me alcanza hasta mi tierra.
El orgasmo de los días:
la dulzura 
hecha poesía.
Por eso, un día parecido a este, como otros, pero hace meses, tome una decisión: escribir mi primer libro de poesía. Porque un amor como el nuestro lo merece… y porque me lo debo a mí misma. 
Fue también un día como hoy, pero hace días atrás, que me sumé a un desafío, el Desafío Sweet, que consiste en escribir 16 posts, en lo posible seguidos. ¿Sobre qué? Sobre lo que uno quiera, y si son escritos MUY personales mejor, porque se escribe con una “excusa” extra literaria que da cuenta de una transformación personal.

Podés seguir los otros desafíos Sweet a través de estos links:
Por lo tanto…
Los próximos 15 posts serán un recorrido difícil, de esos que no se olvidan. Los próximos 15 posts hablarán de lo indebido, de todo aquello que mi razón nubló hasta ahora. Serán posts de transición, desde las profundidades de mi núcleo: quién soy – qué quiero hacer. En este post reniego de los números, las filas y columnas. En este post, sólo palabras, sentido, sentimiento; verbos, metáforas, colores: en este post, VIDA.
Aquí estamos. La poesía, ustedes y yo; el amor que nos filtra las hendijas, el amor que se escurre por debajo de la piel… Poesía intravenosa, nacida de un corazón muscular imperfecto, sanguíneo, latente. Poesía en crudo, y yo, desnuda… porque ya no tengo miedo de mostrarme.

sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

6 Comments
  1. Creo que la poesía es mi género literario favorito.
    Condensa sentimientos, amores, ideas en pocas palabras.
    Recuerda aromas, olores. Las figuras retóricas que lo hacen tan vivo y puro.
    Me encanta la escritura en verso, la rima, la simetría, la asimetría, la aliteración, los contrastes, la cacofonía.
    Simplemente la poesía es mágica.

  2. Jaja, cursimett! Quien te puso este apodo? De todas formas, parece adecuado 😉 Hoy recién arranco la lectura de tu desafío, y creo que encontré tu canción.

  3. La poesía me encanta, sobre todo porque la tengo como idealizada, como que sólo algunas personas pueden escribirla y yo no. Así que me encantará leerte estos 16 días del desafío. 🙂

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