“Hay un libro abierto siempre 
para todos los ojos: la naturaleza.”
Jean-Jacques Rousseau
Domingo. Accesorios: 2 bolsas ecológicas (1 para el super y otra para la verdulería). Complementos: la lista de las compras, el mp4 y los headphones. 
Vengo eligiendo los domingos por la mañana para hacer las compras porque son más bien tranquilos (¿o será que no gusta madrugar?).  Aún soy amateur: este fue mi segundo domingo (y el primero del año) transitando esta rutina.
Para mi sorpresa, esas pocas cuadras hasta la avenida me recibieron con los brazos abiertos, la naturaleza a flor de piel, y los buenos modales de un buen día pronunciado con rayos del sol. 
Llevo más de 10 años viviendo en este barrio, y hasta ahora nunca me había detenido a mirar admirar lo bello que es en esta estación. Fue como si mi pasaje, Enrique de Vedia, se hubiese convertido en una pasarela que floreció ante mis ojos, y así, en un instante, me di cuenta de que las casas son las mismas, las cicatrices de las baldosas siguen pisándose los talones, y el cielo tiene el mismo tinte celeste que de lunes a viernes. Entonces, ¿que había cambiado?
La respuesta vino a mí más rápido de lo que esperaba: en realidad no se trataba de una evolución ni una metamorfosis del paisaje (con excepción de lo estacional), se trataba de un despertar, mi despertar, perezoso, tardío y algo torpe, pero un despertar al fin; y me sentí igual que en mis despertares literales: con la sensación de que no hay nada más gratificante que abrir los ojos una vez más.
“Mantén tu amor hacia la naturaleza, porque es la verdadera forma de entender el arte más y más.”
Vincent Van Gogh
Antes de las fotos, algunas de las canciones que sonaban en mi mp4 ese domingo:

P.D.: Menos mal que llevé el celular y pude fotografiar.
PH: Sol Iametti
sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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