Lo que más nos aproxima a una persona es esa despedida, cuando acabamos separándonos, porque el sentimiento y el juicio no quieren ya marchar juntos; y aporreamos con violencia el muro que la naturaleza ha alzado entre ella y nosotros
Friedrich Nietzsche
Había una vez un domingo, y alguien navegando de un video sugerido en otro. Había una vez una canción, y una intérprete que hacía algo más que cantar, sino que hablaba de una historia común: decir adiós.
La música tiene una forma pícara de entreverarse con nuestros sentimientos, hasta lograr el punto de comparación con la vida de uno. Es en ese punto cuando cualquiera de nosotros pasa de escuchar a interpretar, y sometemos a las letras a un proceso de metamorfósis ilusoria, convirtiéndolas en un estandarte metafórico, y consecuentemente haciendo que ese tema deje de ser uno más, pasando a formar parte de nuestra biblioteca mental de repisas musicales.
En mi caso, ese domingo, me reencontré con un tema de Duffy, Warwick Avenue, y me hizo pensar en tres aristas: en primer lugar, esa habilidad que tiene la música para hacernos viajar en el tiempo, en segundo, en lo lindo que es cuando la música va acompañada de una imagen/ estilo que actúa casi como una voz cantante silenciosa, y en tercer lugar, en la ciclotimia del amor.
Las 3 canciones que voy a postear a continuación siguen el rastro de una misma temática: Cuando una relación termina, ¿el amor termina? Estos videos muestran 3 formas de aceptación, de decir adiós, y lo hacen de la mano de 3 solistas femeninas que comparten un estilo diferencial (en más de un aspecto).
Imágenes: tumblr.com
sol

A los 10 años encontró refugio de la ciudad de la furia en una máquina de escribir. Más tarde conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces, se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.

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